Fotografía: Cortesía de Martha Hernández
La temperatura seguía bajando, todos estábamos atentos a la radio para escuchar la noticias del clima, ya llevábamos 4 días invernando, solo saliendo de nuestras habitaciones para ir a comer y hacer nuestra media hora, de cada litera hicimos un pequeño invernadero, con cobijas que rodeaban nuestra cama y un foco adentro, todos esos días las nubes se estuvieron paseando a ras del suelo, formando una neblina tan espesa que solo nos veíamos a un metro de distancia. Era tanto el frío que las escuelas habían suspendido las clases. Entonces recordé cuando al llegar a la Quinta, Rosemary me dió cuatro cobijas, un juego de sábanas, mi almohada y su funda, todas estas etiquetadas con ¨7B¨, a partir de ese momento yo era responsable de mis cobijas hasta el final del semestre. Me parecieron demasiadas cobijas, de modo que me atreví a decirle:
¨no se moleste Rosemary, solo deme dos cobijas¨.
¨no, vas a necesitar todas las que te estoy dando.¨ - me dijo
Qué razón tenía! Al quinto día una luz radiante entró por la ventana de nuestra recámara, todos alegres pensamos que por fin el sol había salido, pero cuando abrimos la puerta nos dimos cuenta que todo estaba cubierto de nieve!, la primera vez que veía nevar en mi vida! Era común ver gente tomarse fotos en la Quinta, pero ese día medio Saltillo se volcó a tomarse fotos en la Quinta que se había vestido de blanco.
-jm
2 comments:
Que bonitos recuerdos de mi mama y de la quinta.. GRACIAS por compartir!!! :)
Para mi la quinta ha sido y sera un lugar muy especial como lo fue Rosemary, ya que ahi pase mi infancia entre arboles y el patio español gracias por este recuerdo tan lindo y saludos a todos con cariño.
Rosa Maria Lopez
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