Si uno dijera que en un planeta lejano.
hay caballos azules, podríamos creerlo.
Pero si nos dicen que tres y cuatro caballos forman noventa y siete caballos sabriamos que es imposible
Jorge Luis Borges
Las matemáticas no buscan la verdad, las matemáticas buscan la belleza. La verdad le llega como Corolario. Desde su descubrimiento o creación (nadie lo sabe) nos ha regalado la alegría de la sorpresa, y nos han deleitado con esa sensación mágica que solo otorga el enfrentamiento cara a cara con la belleza. Pero se trata de una belleza misteriosa que aparece en los lugares menos esperados, como un fantasma que nos merodea y juega con nosotros dándonos pistas que lo hacen reír a carcajadas. No les miento, tomen el Triángulo de Pascal y de sus coeficientes hagan pares ordenados, y basados en ellos tracen curvas de Bezier, y entonces aparecerá curvas concéntricas una sobre otra que les recordará las hojas del tulipán del jardín de su casa. O bien, sobre una circunferencia y en espacios de la misma longitud coloquen clavos y unánlos con estambre, a todos contra todos, entonces sobre ese enramado sin sentido aparece una figura llamada cardioide, la misma forma del conjunto de Mandelbrot, la misma forma que crea la luz que entra transversalmente a la cubeta llena de agua que dejó mamá después de trapear y la misma forma con la que seduce la cola de un pavorreal. La computadora es hija de las matemáticas, pero es un retoño mal apreciado por sus padres. No lo creerán pero muchas veces he tenido que dar pláticas casi evangelizadoras a las que les llamo "Alfabetización digital de los matemáticos" porque muchos de nuestros colegas están renuentes a usarlas. Somos unos profesionistas privilegiados pues tuvimos la suerte de que los fundadores de nuestra carrera tuvieran la visión profética de unir matemáticas y computación en la curricula. Ellos sabían que la computadora iba a ser en las matemáticas como el telescopio o microscopio que permitiría estudiarlas desde aristas nunca antes usadas. Que la computadora sería el laboratorio virtual donde podrían vivir las abstracciones matemáticas y mediante el cual podríamos estiralas, rotarlas, trasladarlas, compactarlas, darles colores, convertirlas en sus monstruos equivalentes, y en ese jugueteo redescubrir, la razón de su existencia: las matemáticas existen para descubrir la belleza.