Poco me importa si mi pareja es viuda, divorciada, si tiene hijos, si es celosa, remilgosa o voluble. Esos detalles para mi pueden pasar desapercibidos. Lo que no perdono es que no sepa besar, para mi el beso es la muestra fehaciente de cómo están unidas dos almas, es la caricia más íntima, más incluso que hacer el amor, es el medio donde se transmite el mensaje sincero de lo que siente el uno por el otro. Y ella me besaba como besa la lluvia a la tierra, con las ganas con que los trigales reciben los primeros rayos del sol, con la ternura con que el mar espera a los ríos para envolverlos y cobijarlos con la inmensidad de su ser. Por eso me enamoré, nadie entendía porque mantenía una relación que de entrada no me podía otorgar las ventajas de andar con una chica soltera y sin hijos, lo que no sabían es que sus besos me transportaban al paraíso, me hacían entender el motivo del tiempo, entender el milagro por el que la materia evolucionó en sentimentos...
-jm
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