La hubieras visto hoy, plena, alertándome de su presencia con la discreta coquetería de un atardecer. No puedo hablar de su aliento, porque nunca tuve el privilegio de sentirlo. Lo más cerca que la tuve fue en el momento de su aparición, a tres pasos de mí con un porte y una seguridad que solamente otorgan la demostración de tres teoremas y dos corolarios.
Entonces me dí cuenta por qué buscaba ese lugar, por qué me había convertido en un reloj que medía el tiempo con el rito de los jueves en el ¨Covadonga¨. Hasta que un día desapareció dejándome inserto en un vaivén cíclico y periódico.
Hoy que la ví, entendí el origen de este hábito, el por qué me encontraba en el remolino de un sistema estable y perenne, esperando un perigeo de constelaciones o la magia de un eclipse. Sé que se sabe linda, su belleza es tan definitiva que invade su propia conciencia y el hallazgo de esa deslumbrante verdad es delatado con su caminar, su cadencia, su cintura de avispa que lo aumenta todo.
Sí, sé que se sabe bella, por eso regala el color de su piel y su erótico ombligo a nuestra vista a nuestras ansias de alcanzarlo todo y lograr el milagro de la síntesis, para que después embrujados y sin rumbo, vayamos detrás de ese paraíso que nunca alcanzaremos.
-jm
2 comments:
Hola José Manuel, regresando la visita y agradeciendo no únicamente el comentario, también la oportunidad de leerte. Verdaderamente, es un placer.
Muchísimos saludos y ojalá pronto, muy pronto, estés de vuelta en la palabra.
Azulalbanta,
Seas siempre bienvenida, ojalá me vistes más seguido.
Jeje
Saludos
-jm
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