Mayo ha expirado

Mayo ha expirado y ha muerto la esperanza. Cualquier arrebato de extorsión hacia el pasado, es un grito fuera de la lógica del tiempo, un momento que implora al cosmos ese lugar que jamás supo encontrar. De tí, fui feligrés que sólo te contempló porque mi terror de tu terror congeló cualquier constelación. Mi delirio más profundo fue sentir que escuchabas y respondías a un llamado que nunca realicé. Y aún consciente de este hecho, te reclamo por motivar cada uno de mis sueños con tus ojos negros, con tu cara de ángel que jamás supe descifrar.

Ha terminado Mayo y el miedo que envolvió el adiós de ningún encuentro sigue ahí, sin calmar las ganas de arroparme en tus pestañas, de sumergirme en esa belleza que no entiendes, pero que lo cubre todo.


Hundido en este pantano de indecisiones, cabalgue en la locura de sostener mi mirada en tu mirada. ¿Has visto la inocencia lila con que cubren la ciudad las Jacarandas? Mis ojos que niegan desprenderse de esa belleza morada imploraban contemplar la tuya, para poder recrearla cuando sólo quede la memoria. Pero era imposible, tu belleza no podía ser vista por más de dos segundos y ante eso, sólo me llevo el recuerdo de la sensación sobre la piel: tu roce accidental sobre mis manos.

No sé que hacer con este miedo que aumenta porque estoy sin lugar en una ausencia, perdido y sin rumbo implorando tus ojos como atardecer. Mis cavilaciones !oh Nuestra Señora de la Contemplacion! consisten ahora en tener breves visitas de tu aroma, ese estímulo olfativo que propina vertiginosas caidas a la ecuanimidad, tu perfume que guía mi soledad entre tanto olor desperdigado. Y en medio de este bálsamo de nostalgia, me pregunto y te pregunto como ya le he preguntado a todos ¿Hay mayor calvario que el silencio que silencia todo? ¿Es mejor la incertidumbre que tu definitivo rechazo? No lo sé, por dios que no lo sé! pero a pesar de todo, a pesar del destiempo, a pesar de que no soporto tu belleza por más de dos segundos, ten siempre presente que no te olvido y que deambulando estaré, esperando que un día, si, que un día, pueda decirte todo esto aunque me deshaga, aunque mi existencia se derrita frente a tu bella mirada y mi voz termine como un murmullo lejano, diluido en los hechos que deseo pronunciar.

-jm