Sunday, July 06, 2008

Presagio

Desventurados los que divisaron
una muchacha en el metro
y se enamoraron de golpe
y la siguieron enloquecidos...


Oscar Hahn (En una estación del metro)



No voy a insistir, era sencillamente una diosa y como me suele ocurrir en esos casos, no podía verla de frente pues tanta belleza me da vértigo, así que mientras fingía continuar con mi lectura; admiraba de reojo a ese ser, que la divina coincidencia había enviado, para el placer de los fieles viajeros del gusano anaranjado que atraviesa las entrañas de la ciudad de México. Por si el milagro fuera poco, el encanto decide bajar en mi estación. Entonces, un embrujo me llevó a recorrer calles que me alejaron de mi casa. Tonalá No.45 fue la referencia que me hizo feliz aquella noche. Al siguiente día un temblor desvastó la ciudad de México y desde entonces me cuido de no caer en el hechizo que me hace seguir musas, aunque debo confesar que he estado a punto de causar muchos otros temblores.

-jm

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