Y entonces, estaba yo frente al caudaloso amigo de mi infancia y por un momento llegue a pensar que de niño lo había sobredimensionado y que no era tan grande como mi memoría lo preservaba, pero me dí cuenta que no!, que el Tyumbulux seguía igual de majestuoso, el problema es que los adultos atrofiamos nuestros sentidos empequeñeciendo todo hasta que dejamos de percibirlo.
-jm
2 comments:
Tampoco yo sé si va aquí, pero ya está aquí... Bien, Manuel.
Un saludo.
Jajajaja...
Gracias por la visita
-jm
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