Siempre supe el poder infinito de las mujeres sobre los hombres, Dios les otorgó el poder de decir NO!, mientras nosotros como marionetas estamos atrapados con diez dosis más de testosterona. Así que aprendimos a cazar para calmar esos ímpetus negociando hierro por sexo y transformamos la faz del planeta por tener la hermosa sonrisa de una mujer frente a nuestros ojos...
-jm
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