Monday, June 10, 2013

Relación


Un cierto temor nos sobrecogió cuando pedimos el hongo en vinagre. Como si estuviéramos confesando la culpabilidad de querer ser ricos sin merecerlo. Caminamos como locos,  nuestros pasos recorrieron la ciudad en forma laberíntica una y otra vez. Sentíamos que todos nos veían con sospecha y que uno que otro nos perseguía, así que nunca satisfechos de que nos hubieran perdido el rastro, volvíamos a realizar otro recorrido. Llegamos a las 10 de la noche a la casa de la abuela, el lugar que todos los familiares señalaban como la casa donde había dinero enterrado.


Ándale carnal, me dijo mi hermano, que te cuesta, no perdemos nada, mi mamá acaba de vender la casa que le heredó mi abuela y yo creo que es buena idea  que vayamos a ver si encontramos dinero antes de que la entregue a su nuevo dueño. Ándale carnal, mira, si ya hasta los primos políticos como zopilotes fueron a escarbar la casa en busca de dinero, porque nosotros no intentamos, nosotros que tenemos realmente el derecho de hacerlo.

Ese medio día llegué de la ciudad de México y mi hermano ya me esperaba con la camioneta y la herramienta para hacer la excavación, traía con él un rosario, y los rezos que se hacen en estos casos para tranquilizar a las ánimas en pena. ¿Y Don Dany? le pregunté, ¿Dónde esta Don Dany? ¿Qué no, nos iba a acompañar para asesoramos con su experiencia en el rito de buscar dinero enterrado? No pudo venir, me dijo, tuvo otro compromiso, pero me instruyó en todo, así que no te preocupes yo ya sé como manejar esto. No muy convencido me subí a su camioneta y nos dirigimos a la población donde se encontraba la casa de la abuela.

Estabamos agotados, tantas vueltas paranoicas por la ciudad habían consumido todas nuestras energías y no teníamos fuerzas para escarbar nada.
Vamos a descansar un poco le propuse, y entre la oscuridad de la sala, tendimos un petate para acostarnos. Las luces de los carros entraban por la ventana haciendo formas caprichosas y la casa comenzó a despedir un olor de reclamo, nos hacia sentir como extranjeros, como si nunca nos hubiera visto correr tantas veces de niños por sus habitaciones y pasillos. Despertamos a las 12 de la noche y comenzamos a escarbar después de rezar y ponernos un tapabocas con el hongo. Escarbamos aquí y allá, donde mi hermano recordaba que había escuchado era el lugar donde estaba el dinero, información tomada de mi tíos en las pláticas misteriosas que de vez en cuando tenían. Solo huesos de pollo sacábamos, nos dieron las tres de la mañana y otra vez el cansancio nos agobió. Decidimos dormir una hora para seguir con la tarea.


Ven aquí me dijo yo te diré donde esta el dinero, solo sígueme. Yo estaba paralizado de terror, y no soportaba que me tocara, mi cuerpo sentía una descarga eléctrica y esa horrible sensación de caer al abismo. Nooooooo! grité y mi hermano me despertó. Le dije como pude que había soñado a una señora delgada de piel grisácea que me decía que la siguiera que ella me diría donde estaba el dinero. Duérmete me dijo mi hermano y síguela, anda duérmete, tu eres el elegido, si aguantas encontraremos el dinero. Entonces me volví a dormir, para volver a ver esa señora y casi quedar inconsciente ante la terrible sensación de su contacto. Nooooooo volví a gritar al despertarme. Qué pasó me preguntó mi hermano, no puedo le dije, no puedo siento horrible siento morir cuando me toca. Perdón, le dije, yo ya no aguanto más, me iré a dormir a la camioneta. No carnal, me suplicó, no te rindas así de fácil, aguanta y nos volveremos ricos. Pero no hubo poder que me detuviera, salí y me quedé dormido en la camioneta. Al otro día, tapamos como pudimos los hoyos que escarbamos, mi hermano estaba serio, dejó de hablarme unos días y aun hoy de vez en vez, cuando hay carencias en la casa, dice: "esto se lo debemos al Güero, por culpa de él no somos ricos¨.

-jm

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