Me da pena decirlo, pero así fue. Entre los dos la compartíamos. Para cada quien era una necesidad estar con ella y nadie quería renunciar al poco tiempo de sus encantos. Así que yo la dejaba en un punto clave y él iba por ella y cuando yo la necesitaba simplemente se la pedía. No nos hacía ninguna gracia su frecuente ausencia, pero no había alternativa. Siempre me reproché no tener la mía en esclusiva y evitarme la angustía de que otras manos la tocaran, pero buscar otra en esos momentos era impensable y me resigné a que fuera de ambos. Él solicitaba su amor para anotar nuevos pedidos y yo para escribir este relato. Debo mencionar que la compartíamos de manera muy civilizada a pesar de tanta presión y tantos sinsabores, como el que este momento me está obligando a dejar de escribir porque me esta pidiendo su pluma para darme mi cuenta.
-jm
1 comment:
Mi estimado !
Es un honor tenerlo de visita en este su humilde blog.
Gracias por el comentario.
Un abrazo
+-jm
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