No hay forma de negarlo, la salsa es el Jazz de la sensualidad. El mágico momento de hacer el amor sin tocarse, el momento de la cadencia del ritmo y la provocación, de la seductora silueta que va y viene con los destellos de la luz, del torbellino de esas vueltas que te hacen flotar, de la evidencia que te exige el atrevimiento, de la ilusión en las sutiles promesas que se podrían cumplir, de la textura de esa cintura que se resbala entre las ganas, del embriagante encanto de la música convertida en movimiento.
(Veracruz, Ver.)
-jm
3 comments:
Un día, alguien me comentó una frase de Louis Armstrong: "No odies a la música popular por ser popular: Ámala por ser hija del jazz". Muy segura no estoy de que lo dijera, ¿cierto? Pero ahora, que te leo (oooootra vez) y que encontré este breve espacio para escribirte, y mientras escucho As time goes bye quiero pensar que es más causal que casual. Como sea, gracias por tus palabras tan acomodadas en estos momentos, segundo lector. Un abrazo.
Azulalbanta,
Qué bien que anduviste por aquí. Estoy impresionado por la productividad en tu blog, yo apenas puedo escribir dos que tres frases de vez en cuando.
A poco no? A poco no, otra forma de ver la música además del ecualizador es mediante el movimiento de los cuerpos?
Con que te gusta el Jazz heee? Pues bienvendida a la Salsa!
Fraternalmente
-jm
Sí, por supuesto que me gusta el jazz, bossa nova, la salsa, canto nuevo... no sé, como que me parece que mientras exista la música, todavía nos quedan muchísimas cosas en qué creer.
Y caray, viniendo de ti, es un halago abrumador lo que pones en mi blog, muchísimas gracias, segundo lector!!! Ojalá que las musas lleguen y con buena letra, diría Sabina, te inciten a escribir más, porque tu palabra me encanta.
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