(Se recomienda escuchar primero la canción: http://www.youtube.com/watch?v=fDryCOqJW3c&ob=av2n)
Cuando llegamos a esa canción ya nos deshacíamos uno en el otro.
"Hasta en mi sueño,
Tu deseos intente yo complacer.
Por ti la luna alcance,
Y en mi jornada un angelito me encontré
Me vió muy triste,
Supo que perdí la fé".
El ritmo nos atrapó y nos movíamos al unísono, no sentíamos el piso, flotábamos y en medio de la música nuestros cuerpos comenzaron a platicar. En el vaivén de ese ritmo mis manos se atrevieron a tocar la parte baja de su espalda. Sentir tu piel y el comienzo de tu cadera me supo a paraíso! Nuestros cuerpos ya no se separaron, nuestros muslos se hacían cada vez caricias más atrevidas.
"En mi sueño no veo rostro,
Sólo lo escuchaba hablar.
Me daba cátedra de amor y al escuchar.
Anciosamente le empezaba a reclamar,
Cual es la clave para que me puedas amar."
Entonces tu giraste tu rostro para darme un beso lleno de pasión y fue cuando comprendí lo que me habías dicho minutos antes: los besos no se roban, se regalan. Y de ese regalo no me quise desprender, entonces sentí como tus manos llevaron a las mías a tocarte plenamente. Sabía muy bien que después de eso, solo iba a pensar en tí y no me importó el mensaje que en ese momento se escuchaba en la canción con respecto a la entrega con la pareja, me tenía sin cuidado que un angelito le dijera a Romeo:
"Primero me dijo, que es un pecado
Pensar sólo en ti.
Segundo, que no puedo ni debo
Aunque quiero, dar la vida por ti.
Tercero, que mi destino en el amor
Corre peligro, me advierte de ti.
Y es que, como iba a dar importancia a esas letras cuando tú me sorprendiste guiándome de una forma tan sutil y tan firme, a tocarte toda.
Me sentí arrastrado por una fuerza exterior e invisible que controlaba mi movimiento, así como la tierra marca el baile de la luna todos los días. En ese instante el significado de la fuerza de gravedad me fue revelado con el método pedagógico más eficiente del mundo. No podía creer que tenía conmigo en entrega total a la chica que tantas veces desee en mis sueños. Entonces mi deseo comenzó a desabotonar poco a poco tu blusa, y de ahí surgieron como magia dos espléndidos obsequios que mis manos no lograban abarcar. Eran simplemente perfectos, coronados por un círculo de infinitas simetrías que a su vez era coronado por el ensueño. En ese momento me pareció escuchar el cuarto consejo:
"Y cuarto, que un esclavo en el amor,
Le pizotean el corazón
Y aquel que ama,
Pero no demuestra todo el cariño
Se prepara para un desliz".
Era obvio que salía sobrando este consejo y los diez mil que le pudieran haber seguido. Yo simplemente pensé que se trataba de un bello sueño lo que estaba viviendo, no era posible tanta dicha así que me decía: que alguien me pellizque, que felicidad!. Y mientras yo trataba de explicar el bello momento en que me encontraba, la respuesta llegó de la canción:
"Una poesia, entregas tu corazon."
El baile y las ganas de sentirnos nos desnudaron y a la mitad de la canción fuimos a continuarla bailando en un contacto aun más estrecho, moviéndonos bajo el ritmo de la melodia nos dirigimos a otro escenario, lentamente avanzamos escuchando a lo lejos:
"El amor es lo más raro que ha podido existir.
Quién de ti se enamoró
Lo más probable, no le pones atención.
Y a otra persona le das una flor
Una poesía, entregas tu corazón.
Se ocurre una desilusión,
Pierdes la esencia y la fé en el amor.
Esta noche quiero volver a soñar,
A ver si aprendo algo más.
Y que me salga ese angelito, tan divino,
Que me ha venido a aconsejar."
Un baño de plata cubrió nuestros cuerpos desnudos cuando pasamos por el patio de mi casa, y volteé a ver la luna llena, mientras te abrazaba por detrás,
"por ti la luna alcancé"
y entonces me alejé para admirar tu figura que brillaba esplendorosamente con la iluminación del cielo.
Lo que pasó después es simplemente indescriptible, solo puedo decir que esa noche fuimos uno solo, y desde entonces el sabor de tu piel me acompaña junto con el ritmo de la canción: "El amor, el amor, el amor… Una poesía, entregas tu corazón."
-jm